La parálisis de las inmobiliarias en realidad es relativa. La propiedades están, los propietarios e inmobiliarias también, lo que ha desaparecido es el empleado de administración y los vendedores, las operaciones se ofrecen en internet, por lo que la infraestructura más cara, el local, ha disminuido en algunos casos, desaparecido otros.
Entonces, lo que sostiene el andamio, son las operaciones que se realizan, con el mismo concepto de antes, el dólar, sólo que con las restricciones para la compra, se utiliza el dólar blue.
En algunos casos es una desventaja, en otros una ventaja.
Para los inmuebles de alta gamma, el valor no está en el efectivo, sino en la operatoria, en la mayoría de los casos, con el modelo de fideicomiso se protege lo suficiente la operación, como para que una parte se haya realizado en pesos, al cambio del dólar blue, lo que es una inversión potencial, para la que hay que tener espalda financiera para sostener.
Luego está la de operaciones que compran con el billete en mano, el que el turista trae del exterior e inyecta en el mercado comprando productos o también invirtiendo, que es el que puede obtener mayores beneficios, ya que puede negociar una rebaja del bien inmueble.
Con la situación, son los inmuebles usados los que mayor rentabilidad ofrecen para los que cuentan con propiedades usadas que van a vender.
Para los que cuentan con parte del capital, y deben encontrar la forma de adquirir el resto, el problema es bastante dificultoso, seguro que la operación tendrá que cotizarse al cambio blue, que se mantiene, no sólo creciendo a velocidad crucero, sino que no tiene piso.
Cualquier inversión de este tipo está peligrosamente sometida a un mercado caprichoso que no se sabe qué sorpresa ofrece de un día para el otro.
También hay un costo de operación que además del precio, crece en aspectos cada vez más complejos que hacen necesaria la intervención del asesoramiento de profesionales que a su vez, al tener que actualizarse constantemente aumentan sus porcentajes de honorarios.
La situación a estrechado la cadena de negocios, mientras antes los propietarios confiaban la operación a la inmobiliaria, ahora prefieren tratar directamente con el contador, evitando los costos intermedios que también ha disparado los procesos en el tiempo, que a su vez hace que cualquier operatoria que no se concrete rápido, queda obsoleta, fuera del alcance del crecimiento del blue.
En el equilibrio, a veces, es mejor para el propietario que en porcentajes, la parte a pagar a futuro sea mayor y acomodable al dólar blue que obtener en pesos actuales el costo del inmueble.
Con tantas variaciones y reglas cambiantes, no se sabe realmente si se consigue realizar un buen negocio.
Los que deciden realizar operaciones aunque sean de tanto riesgo se ha divido entre los que adquieren propiedades en situaciones desventajosas, aunque en esto el vendedor acompaña en la desventaja también, o lo que realizan inversiones en edificios de alta gama, lujosos, cuyo recupero es a largo plazo.
El sector medio, está prácticamente sin posibilidades.
Lamentablemente las inmobiliarias muestran preocupación en que no hay indicios en que algo vaya a cambiar en el próximo año.